miércoles, 27 de abril de 2011

SOBRE ENTREGA DE JOAQUIN PEREZ BECERRA

COMUNICADO A LA OPINIÓN PÚBLICA

CONDENAMOS LA DEPORTACIÓN A COLOMBIA
DEL PERIODISTA SUECO
JOAQUÍN PÉREZ BECERRA, DIRECTOR DE ANNCOL


El Foro Itinerante de Participación Popular y organizaciones que hacen vida con él, en territorio venezolano y en el exterior, en nuestro carácter de pueblo organizado, revolucionario, con autonomía de pensamiento y derecho inalienable a la libre expresión, condenamos categóricamente la medida de deportación que el gobierno de la República Bolivariana de Venezuela, adoptó y ejecutó el día 25 de abril de 2011, en perjuicio de los derechos del periodista sueco Joaquín Pérez Becerra, director de la agencia de noticias ANNCOL, defensor del pueblo colombiano y sobreviviente de las terroristas Autoridades Unidas de Colombia. Igualmente cuestionamos el calificativo de terrorista que se le dio al luchador y activista político quien tuvo que exiliarse de su patria natal por la persecución de factores terroristas dentro del estado colombiano, que han mantenido la violencia en ese país.

La entrega del compañero al gobierno de Juan Manuel Santos (autor de la masacre de Sucumbíos-Ecuador) perseguidor de revolucionarios y cómplice de los miles de asesinados y desaparecidos en Colombia, genera una herida en movimientos populares y grupos organizados que no tendría que ser subestimada por quienes ahora tienen la responsabilidad de gobernar el destino de todo un pueblo; herida que no significa el distanciamiento del proceso de transformaciones profundas que se construye de manera colectiva, pero que viene una vez más a evidenciar las contradicciones que existen dentro de la Revolución.

En virtud de la conciencia de clase que los movimientos populares y organizaciones revolucionarias tenemos, advertimos que este tipo de prácticas pudieran generalizarse, y extenderse a activistas de diferentes causas y pueblos que resisten la intervención imperialista y sionista. Es una amenaza y argumento para que voces que se alzan en todo el mundo no puedan expresarse en suelo bolivariano. De la misma manera que Joaquín Pérez Becerra fue deportado de Venezuela, ha ocurrido con otros hombres y mujeres, luchadores y luchadoras por los derechos de los pueblos. Lo cual pone en riesgo la militancia y la vida de quienes creen en el derecho que tienen las naciones a defender su soberanía, de los intereses de un imperio que ha plagado “de miseria y hambre la América toda”.

Esta acción -que contradice el carácter internacionalista de todo revolucionario y revolución- ha causado desconcierto, decepción y mucho dolor en el seno de organizaciones en todo el mundo, que tienen puesta sus esperanzas en la Revolución Bolivariana como eje o punta de lanza de un movimiento mundial de emancipación.

Las concesiones de los gobiernos a los intereses enemigos no han servido para garantizar los derechos de los pueblos. Irak y Libia, bombardeados y ocupados, son dos casos que no podemos soslayar y que nos debe servir como espejo ejemplarizante.


Una Revolución que libremente no discute, no debate, que no se cuestiona, no se critica, que no propone y decide colectivamente, que entrega revolucionarios, no puede ser Revolución. Por ello consideramos necesaria y urgente la discusión; el debate, el cuestionamiento y la autocrítica colectivas, para lograr afianzar las bases de este proceso que peligra frente a las amenazas del imperio y sus aliados dentro y fuera del país. Entendemos esta decisión como un error político, producto de un plan fraguado para desprestigiar al gobierno y su líder Hugo Chávez y dividir las fuerzas revolucionarias que deberían estar ganadas para enfrentar en un polo o en un bloque el reto de garantizar la continuidad del proceso.

Finalmente, recordamos a uno de nuestros principales referentes revolucionarios, el comandante Ernesto Ché Guevara quien nos advirtió:

¡No se puede confiar en el imperialismo pero ni tantito así…Nada!